Marsella es una de las ciudades más grandes del sur de Francia y la capital de la región de la Provenza-Alpes-Costa-Azul. Es uno de los puertos mediterráneos más importantes de Europa y el puerto más importante de Francia. Durante su historia, esta ciudad portuaria se caracterizó por su fuerte comercio marítimo con África del Norte, Medio Oriente y Europa trayendo consigo una mezcla única de culturas.
Una metrópoli con un magnífico clima, variedad de monumentos históricos, lugares de interés y museos. Puedes comenzar tu recorrido visitando el Antiguo Puerto en el corazón de Marsella, el Puerto Viejo que era en la antigüedad el centro económico de la ciudad debido a su fuerte actividad marítima. El puerto alberga monumentos históricos así como los antiguos talleres y el Faro. Visita el barrio del Panier, uno de sus barrios más antiguos, con sus callejuelas estrechas y sus fachadas de colores, un barrio con muchísimo encanto mediterráneo. Uno de los lugares emblemáticos de Marsella es La Basílica de Notre Dame de la Garde, de estilo romano bizantino, se encuentra en la cima de una colina y posee unas vista impresionantes de la ciudad. Visita el Palacio Longchamp, la Catedral de Santa María la Mayor, pasea por las calles de la avenida La Canebiere, perfecto para ir de compras. Si todavía tienes tiempo puedes coger uno de los barquitos en el puerto antiguo rumbo al Castillo de Ilf, ubicado en una pequeña isla del archipiélago de Frioul, en la bahía de Marsella, una fortificación que sirvió de inspiración a la obra literaria El Conde de Montecristo. Las Islas del archipiélago de Frioul son parte del Parque Nacional de Calanques, un lugar paradisíaco.
No puedes irte de Marsella sin antes probar la Bullabesa, su plato insignia, que consiste en una sopa de diversos pescados, un plato tradicional de la provincia de Provenza.
Marsella es una de las ciudades más grandes del sur de Francia y la capital de la región de la Provenza-Alpes-Costa-Azul. Es uno de los puertos mediterráneos más importantes de Europa y el puerto más importante de Francia. Durante su historia, esta ciudad portuaria se caracterizó por su fuerte comercio marítimo con África del Norte, Medio Oriente y Europa trayendo consigo una mezcla única de culturas.
Una metrópoli con un magnífico clima, variedad de monumentos históricos, lugares de interés y museos. Puedes comenzar tu recorrido visitando el Antiguo Puerto en el corazón de Marsella, el Puerto Viejo que era en la antigüedad el centro económico de la ciudad debido a su fuerte actividad marítima. El puerto alberga monumentos históricos así como los antiguos talleres y el Faro. Visita el barrio del Panier, uno de sus barrios más antiguos, con sus callejuelas estrechas y sus fachadas de colores, un barrio con muchísimo encanto mediterráneo. Uno de los lugares emblemáticos de Marsella es La Basílica de Notre Dame de la Garde, de estilo romano bizantino, se encuentra en la cima de una colina y posee unas vista impresionantes de la ciudad. Visita el Palacio Longchamp, la Catedral de Santa María la Mayor, pasea por las calles de la avenida La Canebiere, perfecto para ir de compras. Si todavía tienes tiempo puedes coger uno de los barquitos en el puerto antiguo rumbo al Castillo de Ilf, ubicado en una pequeña isla del archipiélago de Frioul, en la bahía de Marsella, una fortificación que sirvió de inspiración a la obra literaria El Conde de Montecristo. Las Islas del archipiélago de Frioul son parte del Parque Nacional de Calanques, un lugar paradisíaco.
No puedes irte de Marsella sin antes probar la Bullabesa, su plato insignia, que consiste en una sopa de diversos pescados, un plato tradicional de la provincia de Provenza.
